Cuando manejas con las luces en verde

Esta tarde, la tarde de un domingo luego de las fiestas de Año Nuevo, era una tarde muy tranquila. El transito en una ciudad tan caótica, estaba increíblemente tranquilo, en paz diría yo. En esta tarde decidí hacer algunos altares, como diría mi padre, al hecho de visitar a varios algunos amigos en la misma tarde… visitas del doctor.

Estaba de buen ánimo, luego de una siesta larga hasta las 2 de la tarde, cualquiera se levanta con un humor de conquistar el mundo. Claro, ese buen ánimo no incluí hacer algunas labores básicas como ir al supermercado y abastecerse de todo aquello que desapareció de la nevera y la alacena durante las fiestas. Pero bueno, algo hay que hacer en días de mucho descanso. Pienso que el supermercado no estará tan mal. Es una buena escusa para un café de esas maquinas que te preparan Capuccinos y Mocaccinos como no logras hacerlo en la casa…bueno, no soy de las que tienen una cafetera italiana en su casa, asi que ese es un buen regalo a mi misma por ir al supermercado un domingo en la tarde.

El supermercado esta con más clientes de los que podría esperar en un día así, al parecer no soy la única con la despensa vacía el día de hoy. Pero aun así habían muchos clientes, las cajas estaban relativamente rápidas y fluidas. Rápidamente termine mis compras y pude pasar por el Coffee Shop y adquirir mi merecido Mocaccino.

Regreso a la casa, organizamos todo en su lugar y nos preparamos a hacer nuestras visi
tas programadas. Algún vino para alguien, unas galletas para otros y una que otra caja de bombones. Con eso bastara para hacer las tres visitas programadas para la tarde. Se inicia el recorrido.

Siempre me ha gustado manejar por la ciudad en días de poco transito. Sigue siendo una ciudad hermosa, acogedora diría yo, bueno y pintoresca en muchas maneras. El transito estaba fluido y para mi sorpresa llegue a mi primera parada sin tener que detenerme en una luz roja. Solo encontré luces verdes en todo el camino. Extraño en nuestra ciudad de semáforos sincronizados uno con el de la siguiente quinta esquina, nunca con el de la esquina próxima. Bueno, parece que tengo el tiempo y el transito a mi favor.

Concluyo la segunda y me dirijo a la tercera y última. Me doy cuenta que he olvidado la película que habríamos de ver. Espero que mis amigos tengan alguna película nueva o que por lo menos haya alguna que ya ni me acuerde haberla visto. Bueno, estoy optimista, las luces verdes en los semáforos siguen apareciendo, podríamos tener suerte también con la película.

Terminamos viendo una película súper interesante, sobre las coincidencias en la vida, la atención a detalles de cosas que nos pasan casi desapercibidas y revelaciones. Un buen vino, una buena película entre amigos…y el pensamiento de si me encontraría todos los semáforos en verde de regreso no salía de mi mente.

Después de todo, me levanté con buen pie esta mañana. La suerte esta de mi lado, siempre lo esta, solo que hoy estoy bien consciente de ello.

Disfruta tu café,

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